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Hasta hace no mucho tiempo, nadie hubiera pensado que un caso como el de Enzo Abel Gallo, traería aparejado un escándalo semejante, y una reacción tan virulenta de los médicos ante una decisión judicial. El tema que copó la semana, despertó una discusión que va mucho más allá de la triste muerte de un adolescente y que pone en tela de juicio todo un Sistema Sanitario, tanto público como privado.
La valiente determinación de un magistrado, que no le tembló el pulso para investigar un intrincado suceso plagado de presuntas maniobras de encubrimiento, respaldado por la lucha del padre del jovencito, que no cesó en reclamar justicia y se puso a la cabeza de las averiguaciones, hasta por su propia cuenta. El dolor por la muerte de su hijo en un quirófano, excedió la búsqueda de los culpables y puso al desnudo una triste, pero a la vez sospechada realidad de las entidades vinculadas a la salud y el ejercicio de la profesión médica.
Aunque provoque molestia exponerlo de manera cruda, las corporaciones médicas y jurídicas, se encuentran en pie de guerra por su vinculación con este caso. Ni bien se conoció la decisión de avanzar en la causa con el cambio de carátula de "Homicidio culposo" a "Homicidio simple con dolo eventual", la reacción médica no se hizo esperar y exigieron la liberación de los dos profesionales, que hasta ahora soportan los cargos más graves.
El inmediato cambio de carátula y la descalificación del juez actuante, fue la manera de atacar la resolución, sin la menor intención de esperar que exista el debido juicio que pueda dilucidar esta dolorosa causa. Lo que debe quedar claro (y que es lo más temido por los médicos) es que este caso no juzga el acto médico como tal, en el cual está siempre en riesgo la vida humana. Sucede que, de acuerdo con lo que dice el expediente, los involucrados no tuvieron en cuenta los procedimientos y habrían actuado con total premura, sin preocupación por el paciente, sino con un fin lucrativo. Seguramente, si se hacen las cosas bien cuando se atiende o se interviene un paciente, no habrá forma de inculpar por mala praxis a ningún profesional.
Lo cuestionable, y que molestó a un gran sector de la población que padece algún problema de salud, es que, por defender a dos facultativos presos preventivamente, se paralizaron los servicios en la salud pública y en la privada, lo que significa violentar preceptos constitucionales del derecho a la salud, que son derechos inherentes a las personas, que se alzan como fundamentales, y no pueden ser renunciados. La Carta Magna provincial también alude a ese derecho en el Art. 59.
¿Qué pasará si alguien muere por falta de atención médica en medio de este paro? ¿Quién será el responsable? Seguramente los dardos apuntarán al Estado provincial y se reflotarán los reclamos salariales y de falta de insumos, que nada tienen que ver en este momento. ¿Estará equivocado algún juez que los inculpe por abandono de persona? Son preguntas que la sociedad comenzó a hacerse y que seguramente influirán en el grado de confrontación en que ingresará esta semana la situación sanitaria.
EL NEGOCIO
La salud privada, como tal en La Rioja, es virtualmente inexistente, por cuanto los centros asistenciales, sean del nivel que fueren, dependen directa o indirectamente del Estado, vía pago de prestaciones a través de la Obra Social Provincial, sea que la prestación de los servicios médicos se abonen por el/los pacientes a través de dinero constante y sonante, pues éste proviene del pago de sueldos esencialmente del sector público. También la mayoría de los médicos están en ambos mostradores.
Nadie puede alegar desconocer las prácticas que, a fuerza de habitualidad y reiteración, los médicos han impuesto, pues de alguna forma a todos los riojanos les tocó padecer el tortuoso camino de enfermarse y buscar una cura.
Es allí cuando las máximas Hipocráticas se transforman muchas veces en mercantilistas. O no es cierto que si no tiene dinero no hay cama en el sanatorio; o no hay lugar en la terapia. Lugares que aparecen mágicamente, cuando el vil metal se hace sentir. También debe hablarse de los ilegales "plus médicos" que deben abonar los pacientes, sufrientes y en estado de necesidad, para poder ser atendidos, incluso con cobertura de obra social.
Esto, sumado a que luego de una internación se deben firmar pilas de papeles con prácticas y medicamentos que fueron aplicados a los pacientes, pero que son difíciles de corroborar. Desgraciadamente, estos no son los únicos hechos graves que ocurren y tampoco vale englobar en ellos a todos los médicos, porque en La Rioja los hay y excelentes, pero sí hay también, un grupo importante que cae en este tipo de prácticas.
Hasta acá se habló de la parte privada, pero no habría réditos suficientes sin complicidad de la parte pública. Llamativamente, aparecen rotos los equipos del hospital público y los pacientes son derivados para poder realizarle las prácticas necesarias en centros privados.
El caso Gallo, dejó en evidencia que las derivaciones de pacientes del hospital público al sector privado, están direccionadas por algunos médicos que proponen mejor atención, en otro lugar donde ellos mismos forman parte. Son estos "profesionales" quienes han contribuido al deterioro de la salud en la Provincia, de un modo más que alarmante que llevó a la sociedad toda a desconfiar de la atención local.
¿Quién puede negar que ante una dolencia complicada se recomienda emigrar con el enfermo a Córdoba o Buenos Aires? Lamentablemente, los que pueden hacerlo son una porción mínima dentro del esquema social de La Rioja.
Los mismos profesionales que hoy se escudan en una defensa por dos colegas, actuando corporativamente, pretenden impedir el accionar de la Justicia, con marchas y manifestaciones, en lugar de dejar que continúe el curso normal de la investigación y permitirle a quienes están acusados, defenderse como corresponde y como las leyes le garantizan.
Desde el Gobierno, se observa expectante el devenir de las acciones, pero la decisión es dejar que la Justicia actúe con la libertad necesaria y se llegue al fondo de la cuestión, caiga quien caiga. Lo que sorprendió fue la actitud del ministro de Salud, Juan Carlos Vergara, que no terminó de colocarse en el rol de representante del Gobierno y mantuvo el silencio hasta donde pudo, para no ir en contra de sus colegas. Trascendió que entre los médicos que son investigados por haber fraguado documentación, se encontraría una pariente cercana al ministro. En la Casa de Gobierno, no ocultaron su molestia por esta actitud y confiesan que ya se giró el reloj de arena.
Ojalá que la cordura vuelva a primar en los próximos días y que retornen los ideales hipocráticos que fueron en otrora, los de muchos médicos ejemplares, como los del Dr. Vera Barros y tantos más que dedicaron su vida a la salud.
POLÍTICA ECLIPSADA
La semana transcurrió sin demasiadas novedades con los candidatos en la tarea de captar votos, salvo algunas sorpresas como la supuesta muerte de Carlos Menem, que logró ponerlo de nuevo en la consideración pública y mediática. Menem hizo también que al intendente Gustavo Minuzzi le crecieran las patillas y se ponga a su lado en la campaña, después de haberlo fustigado duramente en las Primarias, cuando acompañó a Teresita Luna. ¿La coherencia?..., bien gracias.
El resto de los intendentes parecen haber dividido aguas entre las dos listas principales en pugna, lo que quedó en evidencia en una reunión que se realizó a mediados de la semana en la Residencia 1, con los candidatos del Frente para la Victoria y el Gobernador, donde los ausente fueron más que los presente.
De acuerdo con una encuesta de Aresco que se pudo conocer, el panorama en la Provincia no difiere de las Primarias de agosto. Cristina Kirchner potencia su crecimiento, aunque no llegaría a los porcentajes deseados. Ese arrastre beneficiaría a la lista de Tere Luna, pero la performance de Carlos Menem en Capital y varios departamentos fuertes del interior, pronostican un resultado abierto en senadores. El oficialismo tiene amplias posibilidades de dejar al radicalismo riojano con las manos vacías, pues hubo una evolución en el estamento diputados nacionales del Frente para la Victoria. La caída de la radical Inés Brizuela y Doria, podría beneficiar a los candidatos de Rodríguez Saá, que mejorarían los guarismos de agosto.
